viernes, 1 de enero de 2016

Ascêncio de Freitas

Ascêncio de Freitas
Na outra margen da guerra
Editorial Ulmeiro, Lisboa 1999

No escapamos a la lógica del Nosotros y Ellos, la realidad como confrontación permanente entre bloques cerrados, ya sean identitarios, raciales, ideológicos. El Presidente francés, François Hollande, a raíz de la criminal y desgraciada cadena de atentados en París, el pasado noviembre, clamaba en su discurso de condena y venganza por ese nosotros y ellos como punto de arranque de la razón política y militar, del que, por desgracia, no salimos y que aboga por el conflicto irremediable. Es curioso que esta lógica, en esta ocasión, la compartan ambas partes, los mandatarios del país víctima del crimen, los Estados aliados y los propios autores del atentado que parten de lo irremediable de los bloques, las víctimas se deshumanizan porque no son de los nuestros, son paganos, forman parte de las naciones opresoras, sin insertar matices ni posibilidades de cambio.

Por suerte, hay excepciones a esa estrecha mirada de la realidad. Ha habido personas dentro de los bloques que se han negado a compartir la mirada única, grupal, han rechazado la lógica del nosotros y ellos, e incluso a veces han tomado la iniciativa y se han comprometido con causas por las que les han acusado de traidores. Las guerras coloniales portuguesas han dado ejemplos de ello, portugueses blancos y civilizados que se han negado a ser partícipes y cómplices de la brutalidad y el genocidio, que no han querido considerar de modo alguno a los negros de ultramar como enemigos, sino como personas –empezaron por ese mínimo reconocimiento de la humanidad ajena- que se batían, con toda razón, por su libertad. De hecho, en buena medida la Revolución de los Claveles (1974) no se hubiera producido si no fuera por la conciencia de la inmoralidad, primero, de la guerra colonial y, en segundo lugar, del mantenimiento de algo tan ilógico como considerar provincias del país a tierras que están lejos, muy lejos, a veces en el otro lado del mundo.


           En 1979, cinco años después de acabada la guerra de Mozambique, el escritor portugués Ascêncio de Freitas (1926-2015), residente durante lustros en la colonia africana, escribía una novela que detallaba el proceso de empatía del narrador, un colono, un portugués blanco y civilizado, por la lucha de los negros en favor de su dignidad y libertad. Escrita como monólogo interior, un monólogo dirigido en cierto modo a su esposa, Gloria, con mentalidad colonialista, profundamente racista y partidaria de la doctrina del no te metas porque en el fondo ya está bien lo que hay, se relata el horror y la ilógica de una situación que no tuvo el menor sentido, pero también se reflexiona sobre la pertenencia a grupos estancos y la necesidad de salir de esta compartimentación de la realidad.


            Una vez más la literatura se muestra capaz de darle la vuelta a la realidad, de llevar a la visibilidad una parte de la vida, la infrahistoria, que nos permite apreciar el frío relato de la historia oficial o de la historia académica, tan poco dadas, ambas, a los detalles. De este modo se vuelve necesario este libro en un momento como el actual, tan poco flexible y en el que volvemos al discurso único de los bloques.

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