miércoles, 24 de febrero de 2016

Literatura imprescindible

En un artículo publicado en el diario brasileño Globo, el escritor angoleño José Eduardo Agualusa habla de la literatura ya no como acto importante, como forma de comprender el mundo o de entenderse a sí mismo, ya sean autores consagrados o noveles, sino como acto imprescindible, en lo individual, pero también en lo comunitario. Lo cuenta a raíz de un taller literario que impartió en Maputo, Mozambique, en el que algunos de sus intervinientes expresaron la necesidad de incidir en la realidad. De este modo, la literatura se convierte en algo más que un mero entretenimiento, como parece que se cataloga hoy, sino en una actividad de (auto)comprensión social.

No es de extrañar, por tanto, que algunos pueblos antiguos hayan dado a la narración y después a la escritura un carácter mágico y le hayan otorgado incluso un elemento sanador, léase si no El Hablador de Mario Vargas Llosa. Llama la atención que muchos psicólogos y terapeutas aconsejan en la actualidad a sus pacientes escribir (describir) sus emociones y sentimientos como forma de avanzar en sus terapias. Esto es, aconsejan la escritura, esto es, la literatura, como forma de avanzar en los procesos de análisis propios. Al mismo tiempo no hay comunidad, pueblo, nación o sociedad que, cualquiera que sea el grado de desarrollo, no cuente con una literatura propia, o séase, con un relato más o menos simbólico de su propia realidad.

 Claro que hay países que tal vez necesitan con más ahínco esta “terapia” colectiva, Agualusa cita en el mencionado artículo el caso de Mozambique, un país en plena transformación que se está introduciendo en la modernidad, en la cultura urbana. En este caso, la literatura se vuelve un puente entre dos modelos de sociedad y permite componer un imaginario colectivo imprescindible para mantener la memoria y entender lo que se es y los cambios que se dan. También es importante la literatura para dar luz a ciertos colectivos que viven de forma especial, y sin duda trágica, la marginación, como es el caso de las mujeres.

Los países europeos no escapan en este sentido de esta necesidad de una literatura que proyecte luz sobre los procesos históricos, como ocurre por ejemplo en Portugal con el periodo de la guerra colonial, por ejemplo Lobo Antunes, o en España ahora con la etapa franquista y la transición, que está siendo temas de algunas novelas de autores como Martínez de Pisón o el recientemente fallecido Rafael Chirbes.

Por tanto, la literatura se vuelve en este sentido algo importante en la conformación de nuestra visión y comprensión del mundo, algo que debería tenerse en cuenta en los programas de estudio de algunos gobiernos que parecen querer postergar la literatura a un lugar muy marginal en la enseñanza.


Se puede leer el artículo de José Eduardo Agualusa en http://www.substantivoplural.com.br/quando-literatura-e-imprescindivel

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