La
web de RTVE nos brinda la posibilidad de recuperar series antiguas, muchas de
ellas olvidadas por el espectador o nunca vistas por cuestiones de edad. Es el
caso de Suspiros de España, de Jaime
de Armiñán, sin duda uno de los nombres claves de la historia del cine y la
televisión. A través de trece capítulos asistimos a escenas costumbristas en
las que se dan situaciones a veces entrañables, a veces absurdas, a veces
satíricas o grotescas, todas ellas enmarcadas en diálogos formidables y ágiles,
que atrapan desde el principio y a lo largo de la media hora que dura cada
capítulo.
Le costará a más de uno hacerse a la idea de si estamos
ante un fiel reflejo de la sociedad española de los años setenta, a punto de
dejar atrás cierto provincianismo producto del aislamiento político-social y de
unas estrecheces materiales en una gran mayoría para convertirse, unos lustros
después, en una sociedad “normalizada”, si es que podemos saber qué significan
las palabras normalidad y normalización, asociadas a normatividad, como
insinuaba Foucault, o si se trata de una sátira donde se permite cierta
exageración. Muchos querrán sin duda olvidar aquellos años, aunque hay quien
proyectará una mirada no sin nostalgia, y no han de ser pocos estos últimos si
se tiene en cuenta las series de éxito que, con mayor o menor endulzamiento,
lanzan una mirada al pasado reciente… y hasta lejano.
Claro que para bastantes de nosotros no tiene mucho
sentido, ni la menor importancia, que el cine, las series o las novelas tengan
que ser reflejo de la realidad. Reflejo exacto, mejor dicho, la ficción, al fin
y al cabo, tiene sus leyes. Quizá haya que aceptar que esta serie sea más bien
una caricatura, que como buena caricatura tiene mucho de verdad. Y es que la
verdad es poliédrica.
Por lo demás, es posible recuperar a actores encomiables
de la escena y el cine, como Irene Gutiérrez Caba, Antonio Ferrandis, Mercedes
Alonso o Juan Diego, o a una casi recién llegada Carmen Maura.
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