miércoles, 5 de octubre de 2016

Cândido de Oliveira

Durante la IIª Guerra Mundial el régimen de Salazar se mantuvo neutral. Lisboa, no obstante, se convirtió en el puerto de salida de miles de personas que huían del nazismo y de la guerra con destino América. Pero además Portugal, por su posición atlántica y sus colonias en África, podía volverse un problema para Alemania si se aliaba a Gran Bretaña, cortando así las ansias expansionistas del IIIer. Reich. El objetivo era aislar a los británicos, para lo cual Alemania proyectó un plan, la Operación Félix, con la intención de limitar, incluso impedir, la libre circulación por el Atlántico de los navíos del Reino Unido. Ya había conversaciones con la España de Franco para invadir Gibraltar, un lugar clave para el ejército británico y un territorio una y mil veces reclamado por España. El Reich se planteó también invadir Portugal y así impedir de raíz cualquier tentación del gobierno de Salazar de dar cobertura al gobierno de Londres.

La Dirección de Operaciones Espaciales (Special Operations Executive – SOE) organizó la denominada red Shell, un servicio de agentes y espías cuya principal tapadera era sobre todo dicha empresa de distribución energética de los que muchos de ellos eran empleados, de allí su nombre, con el fin de boicotear, llegado el caso, la ocupación de Portugal. Se montó un sistema de comunicación en clave, imprescindible para poder transmitir la información que la red de espías y agentes necesitaban que llegara con seguridad a los responsables en Londres. Había que prever varios medios de transmisión. Para ello contó, entre otros, con un empleado de CTT, el servicio portugués de correos, teléfonos y telégrafos, un ciudadano de Portugal, convencido demócrata, enemigo acérrimo de Salazar y del fascismo, Cândido de Oliveira.

Contra lo que se pudiera pensar, no se trataba de un tipo gris, introvertido, apartado del mundo, según los cánones al uso en el género de espionaje. Cândido Plácido Fernandes de Oliveira era desde 1912, año en que debutó en el fútbol a través de la asociación lisboeta, un jugador reconocido entre los aficionados. Entre 1914 y 1920 jugó en el Benfica, uno de los mejores equipos futbolísticos portugueses. En 1920 fundó, junto a otros antiguos beneficiados de la Casa Pía lisboeta, como lo fue el propio Oliveira, la Casa Pía Atlético Club, con la que jugó otros seis años. En estos tiempos se funda la Selección Portuguesa de Fútbol, que se estrena el 18 de diciembre de 1921, en un partido con España, y aunque perdió, los medios de comunicación destacaron el estilo de Cândido de Oliveira, que fue el primer capitán del equipo. No en vano, nadie ponía en duda su capacidad física, se trataba al fin y al cabo de un gran aficionado al deporte, practicaba incluso, entre otros, la lucha grecolatina.

Pero además era un lector empedernido. Le interesa sobre todo la literatura clásica que lee con fruición. Posee una desbordante imaginación, le recuerdan como contador de historias, algunas inventadas mientras las narra, para entretenimiento de sus colegas de equipo, y es su enorme capacidad comunicativa lo que le permite desarrollar su otra faceta, la de fino cronista deportivo en los medios de comunicación, como la revista Stadium, de aquella época o A Bola, que funda en 1945, y que se convierte en el principal medio deportivo, con unas crónicas las suyas leídas con pasión e interés. Compagina su labor periodística, una vez abandona el juego tras doce años como futbolista, con el puesto de entrenador de varios equipos, incluso llega a estar en Brasil como entrenador del Flamingo de Río de Janeiro.


Sin embargo, no concibe el puesto de entrenador como una profesión. El fútbol de ese momento comienza a profesionalizarse, ciertamente, pero está muy lejos del nivel al que ha llegado en nuestros días. De ahí que Cândido de Oliveira entre a trabajar en CTT. Tampoco olvida la realidad que le circunda, esa dictadura en Portugal que impide la libre circulación de las ideas, que persigue cualquier disidencia, que se basa en la opresión, opresión que mata y tortura a los disidentes. Además, está lo que ocurre en Europa, la terrible guerra civil que afecta al país vecino, a España, y que culmina con una nueva dictadura. Alemania está gobernada a su vez por una ideología criminal, racista y reaccionaria, se convierte en una verdadera amenaza para las pocas democracias que van quedando en el continente y la expansión del IIIer. Reich, al iniciarse la guerra, es un nuevo peligro que, Cândido de Oliveira está convencido de ello, hay que combatir. Con la discreción imprescindible en un país como Portugal, bajo el régimen autoritario de Salazar, el exjugador de fútbol y flamante entrenador va hablando con personas de confianza. Es así como entra en contacto con una resistencia que, ante el peligro de ocupación alemana, se pone al servicio del contraespionaje británico. El 23 de abril de 1941 el abogado inglés John Beevor, residente en Lisboa, notifica a Londres la incorporación de un nuevo agente, «Pax» será su nombre en clave, experto en telecomunicaciones.

Durante poco más de un año ejerce sus funciones como espía para la red SHELL. En junio de 1942, ya bajo sospechas de la Policía de Vigilancia y Defensa del Estado (PVDE, en 1945 cambiara la V por la I de Internacional, la sangrienta PIDE), es detenido y se le lleva al campo de concentración de Tarrafal, en Cabo Verde, situado en una zona pantanosa de la Isla de Santiago y donde permanecerá como preso hasta enero de 1944. Regresa a Lisboa donde se va incorporando en la medida de lo posible a la normalidad. Vuelve a su pasión periodística y funda en 1945 la revista A Bola. De su paso por Tarrafal quedan sus impresiones que escribirá, resultando un libro, O pântano da morte, que aparecerá publicado una vez se derroca la dictadura, en 1974, tras la Revolución de los Cláveles.


No llega sin embargo a vivir ese día de Abril del 74 en que un puñado de capitanes asesta un golpe mortal al régimen. Muere mucho antes, en 1958, durante el transcurso de la Copa del Mundo de la Fifa que tiene lugar en Estocolmo donde estaba cubriendo para su revista el evento deportivo. 

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