sábado, 14 de enero de 2023

Yasmina Khadra

 


¿Es posible mostrarse equidistante ante los diferentes bandos de un conflicto?¿Y neutral, podemos mantenernos en una actitud de neutralidad cuando el conflicto conlleva tanto el enfrentamiento como un estado de violencia desatado y cruento?¿Hasta dónde llega la necesidad de entender lo que ocurre, lo bueno y lo malo de cada bando, las razones que esgrimen, sin que esa necesidad de entender suponga justificar?¿La equidistancia conlleva siempre debilidad?¿Y el neutral acaba siempre dando la razón al que ejerce el poder aunque solo sea por no querer pronunciarse ante las fallas de un conflicto? Por lo demás, ¿es legítima la equidistancia?¿Y la neutralidad?

Por otro lado, ¿es posible la equidistancia cuando además uno está inevitablemente implicado por pertenecer a cualquiera de los grupos humanos en conflicto, al fin y al cabo esa pertenencia no es algo que dependa de nosotros, no elegimos nacionalidad ni raza ni grupo social o cultural?

El escritor argelino Yasmine Khadra plantea en su novela L´attentat (2005), publicado en castellano por Alianza Editorial, muchas de estas cuestiones. Su protagonista, Amine Jaafari, es un médico de éxito, un cirujano afamado de un hospital de Tel-Aviv. Es árabe, posee la ciudadanía israelí, forma parte de la élite profesional del país, vive con desahogo en un barrio bien de la ciudad. Está casado, lleva una vida cómoda, viaja y cuenta con estrechas amistades bien situadas en varios estamentos del país. Parece que el conflicto que afecta a la región le es hasta cierto punto ajeno más allá de las incomodidades en los controles y los check-points debido a su etnia, lo que no parece afectarle en su cotidianidad. Parte, eso sí, de su condición de médico, por tanto de persona que por oficio ha de sanar y cuidar la vida como valor supremo, su principal axioma, su punto de partida para entender la realidad. Hasta que su esposa se convierte en una terrorista-kamikaze en una acción que sesga la vida de los clientes de un restaurante, varios de ellos niños. Necesita entender Amine Jaafari las razones que han llevado a Sihem a cargarse de bombas y realizar esa acción salvaje, a asumir una militancia que él ni siquiera conocía y confrontarse al conflicto que hay detrás de ese atentado, de la muerte de su esposa, lo que no entraña justificar, pero que lleva al cirujano a darse de bruces con un mundo para él desconocido, brutal, muchas veces rechazable, pero también con razones que explican y vuelven visibles otras violencias e injusticias.

Cualquier lector realizará sin duda el mismo viaje emocional, anímico y racional del protagonista, sobre todo si el acercamiento se lleva a cabo, en la medida de lo posible, sin los posibles prejuicios que uno pueda tener a la hora de acercarse a este conflicto concreto. No es baladí señalar que estamos en un momento en que parece que hay siempre que tener una opinión clara y definida sobre cualquier asunto y que las opciones se estrechan a dos únicas gamas de grises, o defiendes a unos o defiendes a los otros, y cualquier puntualización o duda te convierte de inmediato en lo opuesto. Además, la distancia física en que nos situemos tenderá a que lo veamos todo con mayor simplificación.

La lectura de esta novela debería acompañarse con la del ensayo de Amín Maalouf Las cruzadas vistas por los árabes, aparecido en 1983, que nos acercará a otra visión de otro momento histórico, pero muy relacionado con lo que ocurre hoy en la región. En aquel tiempo, además, hubo grupos que sufrieron el hecho de no estar correctamente encuadrados con ninguno de los grandes bandos del conflicto, judíos y cristianos ortodoxos se vieron interpelados y cada uno de esos grandes bandos los acusaba de estar al servicio del otro.

A menudo la realidad es compleja y no admite simplificaciones que desdibujarían las conclusiones a las que podemos llegar. La experiencia de Amine Jaafari, aunque sea ficticia, una realidad literaria, nos permitirá comprender, vía intrahistoria, muchos de esos pormenores que se nos escapan con el mero análisis de la realidad. Ayudará a responderse  las preguntas del principio.

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