lunes, 9 de mayo de 2016

Extremadura

El periódico El Correo de Extremadura publica que en estos momentos 15.000 personas estudian portugués en la comunidad autónoma de Extremadura. Según Piedad Alvárez, delegada provincial de educación en Badajoz, el gobierno de la Comunidad quiere ampliar el número de alumnos que aprenden dicha lengua en los centros públicos -tanto de primaria y secundaria como de Escuelas Oficiales de Idiomas e Institutos de Lenguas Modernas- y hay previsto añadir nuevos centros a los cinco que en estos momentos ofrecen una enseñanza bilingüe, además de una mayor presencia del portugués en el Canal Extremadura.
Después de Galicia, Extremadura es ahora mismo la comunidad donde mayor importancia se ha dado a la relación con el vecino país a través de la difusión de su idioma y por tanto de su cultura. No es casual que en esta región, en concreto en Badajoz, se halle el enclave de Olivenza, que durante decenios fue causa de una reclamación territorial por parte de Portugal, parecido al que España sostiene con Gran Bretaña respecto a Gibraltar, y que ahora parece resolverse no mediante enfrentamientos ni proclamas en foros internacionales, sino a través de compartir idiomas, culturas e incluso nacionalidades, al conceder Portugal la ciudadanía portuguesa a los habitantes de Olivenza que lo soliciten.
A todas luces estos planes de la Comunidad Autónoma de Extremadura, junto a los desarrollados en Galicia, suponen un cambio en las políticas educativas respecto a una lengua que debería contar con mayor presencia en España. A nadie se le escapa que durante decenios, por no decir siglos, la actitud de España hacia el vecino Portugal ha sido de mera ignorancia, como si no existiera, como si fuera una presencia invisible que ni siquiera aparecía -y que creo que siguen sin aparecer- en los mapas del tiempo de los informativos españoles. Esta ignorancia ha conllevado que apenas se supiera nada de la realidad portuguesa, ya fuese de su cultura, de su modelo social o de su política. A lo sumo, Portugal era aquel lugar donde se podían comprar toallas de calidad a buen precio. No es extraño que se intensificara no poco la actitud hostil, tradicional durante generaciones -de Espanha nem bom ventos nem bom casamentos- y que ahora, por fortuna, se diluye poco a poco.
Ya no sólo se conoce algo más este país vecino, sino que se le visita cada vez más y hay un mayor interés por lo que allí ocurre. En este sentido, han aumentado las traducciones de literatura portuguesa en España y poco a poco se citan otros autores, además de Pessoa. Y el que haya aumentado el aprendizaje del portugués, que además se habla en otros siete países de forma oficial y cuenta con una presencia importante en Goa y Macau, es un síntoma de este cambio. Para muchos españoles supone un descubrimiento percibir que hay un país aquí al lado con una cultura importante y una realidad atrayente. También el que haya unos debates sociales y políticos en Portugal que han empezado a incidir en la realidad española. De ahí que el interés de Extremadura por desarrollar estos lazos sean a todas luces loable.

Se puede consultar la noticia en: 
http://www.elcorreoextremadura.com/noticias_region/2016-05-05/1/14290/unos-15000-extremenos-estudian-portugues-en-centros-educativos-escuelas-de-idiomas-y-programas-formativos.html

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